A medida que se van relajando las restricciones debidas al impacto de la crisis sanitaria de la COVID-19 y, en concreto, las de movilidad, poco a poco regresa la normalidad en el sector turístico, tanto en el de particulares como el de negocios (MICE). En este sentido, las bodegas y cooperativas vitivinícolas, que ya estaban realizando un importante esfuerzo para la modernización de sus instalaciones y oferta para dar más valor al visitante, ahora están adaptando toda su propuesta enoturística al nuevo escenario de seguridad sanitaria.
Y es que, según ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino), el enoturismo en España no deja de crecer año tras año. En su último informe, se destaca que ya se superaron en 2019 los tres millones de visitantes a bodegas y museos del vino, generando un impacto económico de 85.569.817 euros. De ahí la importancia de esta vía de negocio para las empresas del sector.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través del Instituto para la Calidad Turística Española ha puesto a disposición del sector turístico asociado a visitas a bodegas y otros espacios culturales o naturales un documento con las pautas a seguir para que tanto los profesionales de las instalaciones como los visitantes a estos centros puedan estar debidamente protegidos frente a posibles contagios por coronavirus.
Las principales pautas conciernen a las medidas de desinfección para todas las personas (trabajadores y usuarios), disposición de elementos para protección, rediseño de la ruta de las visitas, aforos o uso de materiales promocionales. Todo ello conllevará un profundo cambio en la manera de ofrecer la experiencia al visitante, pero que también puede significar un elemento de atracción para todos los aficionados al mundo del vino, al contar con la máxima seguridad para realizar su actividad favorita.
Un destino seguro será siempre un plus para el turista. En este sentido, las bodegas deben ir pensando en homologarse con alguna certificación que garantice la seguridad de sus instalaciones de cara al visitante. Por ejemplo, ya existe el sello Safe Tourism Certified, una marca de garantía y certificación de implantación de las Especificaciones Técnicas UNE desarrolladas a partir de las guías elaboradas de prevención de contagio frente al SARS-CoV-2 coordinadas por el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española).
La certificación será sin duda un elemento clave para que el enoturista vuelva a las bodegas con total confianza y seguridad.
Hablemos de…
El futuro de la actividad turística en bodegas: seguridad, homologaciones, digitalización y nuevas estrategias.
En paralelo a las medidas de seguridad e higiene, y para reforzarlas, el Instituto para la Calidad Turística Española recomienda, entre otros aspectos:
Estas recomendaciones, y otras muchas, tienen como base el uso de las nuevas tecnologías. Mediante el uso de aplicaciones móviles y otros recursos se reduce el contacto físico a lo imprescindible, reduciendo riesgos para el visitante sin que ello suponga una merma en la calidad de su experiencia enoturística.
Atender correctamente al enoturista ya era una obligación para las bodegas. Hacerlo ahora de forma segura será el nuevo reto. Para lograrlo, muchas bodegas están implantando soluciones digitales para la gestión de su oferta enoturística.
Un software que facilita todas las operaciones e interacciones con el visitante, desde la fase de planificación y reserva del viaje, hasta el seguimiento posterior a la visita:
Fidelización, venta cruzada, nuevas experiencias innovadoras o la utilización del viñedo como espacio para disfrutar de un entorno natural y seguro son otras de las ideas propuestas. En definitiva, volver a enamorar al enoturista para que vuelva a nuestra bodega.
El primer establecimiento de La Rioja en obtener el sello oficial anti COVID Safe Tourism Certified que concede ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) es Bodega y Museo Vivanco.
Fuente: Europa Press. 2 Agosto 2020