En materia de control de la información los tiempos vuelan, y lo que hasta ayer suponía una gran mejora, hoy se ha quedado atrás y no sirve para cumplir con las expectativas de las empresas alimentarias. Estas compañías tienen que hacer frente a importantes retos de trazabilidad. Entre otros, detectar mercados paralelos, ser capaces de autentificar sus productos para evitar la piratería y el intrusismo, y posibilitar una localización inmediata de los clientes ante potenciales problemas sanitarios.
En este contexto se encuentra la apuesta tecnológica de Bodegas La Rioja Alta S.A., que ha desarrollado un proyecto innovador para conocer en todo momento dónde se encuentra cada botella individual que pone en el mercado. Todo ello, claro está, sin variar su tradicional formato de venta en cajas y adecuando la tecnología a su proceso, y no éste a la tecnología.
Dada la importancia que ha adquirido, desde un tiempo a esta parte, poder garantizar un seguimiento exhaustivo de la trazabilidad cada botella de vino, este proyecto ha sido merecedor del premio “Quality Innovation Award” en la categoría de “Innovación en empresa (Pymes)” de la edición vasca del certamen, y finalista de la fase internacional de esta prestigiosa competición, cuyo ganador se anunciará en febrero de 2022.
Recientemente, en el marco de “Conversaciones entre barricas”, charlábamos con Julio Sáenz, Director Técnico – Enólogo de la compañía. Comentaba con acierto que saber conjugar innovación y tradición es una de las claves del éxito de esta bodega centenaria “131 años. Hemos pasado dos guerras mundiales, una guerra civil, varias crisis económicas. (…) Hemos sabido reinventarnos. Sin innovación no hubiéramos llegado hasta aquí. Sin innovar, sin apostar por las tecnologías, no existiríamos. Formamos parte de la cultura del conocimiento”.
Este proyecto marca un hito más en la ruta de innovación de Bodegas La Rioja Alta S.A. y evidencia la participación y colaboración entre proveedores de tecnología liderados por empresas que muestran claramente sus necesidades y que saben traducirlas en avances para ellas.
En este caso la maquinaria auxiliar empleada parte de tecnología procedente de la industria farmacéutica y su implementación en bodega ha supuesto un trabajo coordinado para traspasar la información recogida al ERP VinoTEC. La maquinaria está dotada con un sistema de visión artificial 360° que, con cinco cámaras, fotografía completamente cada botella; seguidamente, escanea el número de la precinta del Consejo Regulador y plasma en cada cápsula un código datamatrix individualizado impreso con tinta ultravioleta, que es leído en el momento del encajado.
Esta información queda recogida en el ERP y está disponible tanto para la preparación de las expediciones como para la búsqueda de la trazabilidad deseada. Así, en el momento de configurar cada caja para su expedición, es posible, a través de una lectura horizontal de las cápsulas, identificar de forma automática cada una de las botellas que la componen. Seguidamente, se genera una etiqueta codificada para la caja que identifica su contenido de forma unívoca. De esta forma, cualquier botella puede ser trazada hasta su documento de salida de la bodega para conocer el primer destino que tuvo cuando salió al mercado.
Este proyecto innovador es una evidencia más del compromiso con la excelencia en la calidad del producto, en el servicio y en la gestión de los procesos operativos internos de esta compañía centenaria en el corazón de La Rioja Alta. ¡Muchas felicidades!